En esta época de crisis, hemos comprobado que hay empresas que han acometido inversiones financiadas con préstamos que ahora no pueden devolver como consecuencia de que las ventas cobradas que tienen son inferiores a las ventas cobradas, previstas (presupuestadas) que supuestamente esas inversiones iban a generar. El concepto de venta cobrada significa que toda venta hay que cobrarla, porque de venderse y no cobrarse, lo que se ha hecho realmente es regalar la mercancía que has vendido y no cobras.
El Plan General de Contabilidad (PGC) establece que el grupo 2 Activo no corriente comprende los activos destinados a servir de forma duradera en las actividades de la empresa, incluidas las inversiones financieras cuyo vencimiento, enajenación o realización se espera habrá de producirse en un plazo superior a un año. Los elementos del activo no corriente se clasifican en los subgrupos 20 a 26 del PGC, de acuerdo con su naturaleza, subgrupo 20 “Inmovilizaciones intangibles”, 21 “Inmovilizaciones materiales”, 22 “Inversiones inmobiliarias”, 23 “Inmovilizaciones materiales en curso”, 24 “Inversiones financieras a largo plazo en partes vinculadas”, 25 “Otras inversiones financieras a largo plazo”, 26 “Fianzas y depósitos constituidos a largo plazo”
El subgrupo 20 “Inmovilizaciones intangibles” comprende los “activos no monetarios sin apariencia física susceptibles de valoración económica, así como los anticipos a cuenta entregados a proveedores de estos inmovilizados. Además de los elementos intangibles mencionados, existen otros elementos de esta naturaleza que serán reconocidos como tales en balance, siempre y cuando cumplan las condiciones señaladas en el Marco Conceptual de la Contabilidad, así como los requisitos especificados en las normas de registro y valoración. Entre otros, los siguientes: derechos comerciales, propiedad intelectual o licencias”.
El subgrupo 21 “Inmovilizaciones materiales” comprende los “elementos del activo tangibles, representados por bienes, muebles o inmuebles, excepto los que deban ser clasificados en otros subgrupos, en particular en el subgrupo 22”.
Se recogen en el subgrupo 22 “Inversiones inmobiliarias” los activos no corrientes que sean inmuebles y que se posean para obtener rentas, plusvalías o ambas, en lugar de para su uso en la producción o suministro de bienes o servicios, o bien para fines administrativos; o su venta en el curso ordinario de las operaciones.
Las cuentas del subgrupo 23 “Inmovilizaciones materiales en curso” recogen los trabajos de adaptación, construcción o montaje al cierre del ejercicio, realizados con anterioridad a la puesta en condiciones de funcionamiento de los distintos elementos del inmovilizado material, incluidos los realizados en inmuebles. También figuran en este subgrupo las entregas a proveedores y otros suministradores de elementos de inmovilizado material, normalmente en efectivo, en concepto de a cuenta de suministros o de trabajos futuros.
Por ejemplo, la cuenta 213 Maquinaria, del activo no corriente, recoge el conjunto de máquinas o bienes de equipo mediante las cuales se realiza la extracción o elaboración de los productos, así como elementos de transporte interno. Se anota en el debe el importe de su precio de adquisición o coste de producción.
El precio de adquisición incluye, además del importe facturado por el vendedor después de deducir cualquier descuento o rebaja en el precio (incluidos los correspondientes al pronto pago), todos los gastos adicionales y directamente relacionados que se produzcan hasta su puesta en condiciones de funcionamiento, incluida la ubicación en el lugar y cualquier otra condición necesaria para que pueda operar de la forma prevista; entre otros: gastos de explanación y derribo, transporte, derechos arancelarios, seguros, instalación, montaje y otros similares.
El coste de producción de los elementos del inmovilizado material fabricados o construidos por la propia empresa se obtendrá del precio de adquisición de las materias primas y otras materias consumibles + los demás costes directamente imputables a dichos bienes (mano de obra directa, gastos generales de fabricación) + parte que razonablemente corresponda de los costes indirectamente imputables a los bienes de que se trate (en la medida en que tales costes correspondan al periodo de fabricación o construcción y sean necesarios para la puesta del activo en condiciones operativas).
La cuenta 523 Proveedores de inmovilizado a corto plazo recoge las deudas con suministradores de bienes definidos en el grupo 2, con vencimiento no superior a un año. Se abonará por la recepción a conformidad de los bienes suministrados, con cargo a cuentas del grupo 2. Al ser una cuenta de pasivo corriente, sufre un aumento por la financiación que se ofrece a la empresa, por lo que se anota en el haber.
La compra de un elemento de activo no corriente tiene un tratamiento muy diferente al que registra la compra de cualquier elemento de consumo inmediato. Como ejemplo de compra de activo no corriente se utilizará la adquisición de una máquina. Y como ejemplo de gasto, la adquisición de aceite industrial para engrasar la máquina.
La compra de la máquina tiene un importe elevado y la utilización de la misma se va a prolongar por espacio de varios años, hasta que quede sin valor, pierda una parte sustancial del mismo o su utilización sea ineficiente por haber aparecido nuevos modelos más potentes en el mercado. La compra de un elemento de activo no corriente se considera una inversión y no se contabiliza como gasto en el ejercicio en que se produce, sino que se lleva al activo no corriente el valor del bien con la contrapartida que corresponda en función de cómo se paga ese bien.
Pero la máquina va perdiendo valor con el uso y con el tiempo, por lo que no sería adecuado que permaneciera en el balance (en el activo) con el valor original de adquisición. Por ese motivo, se dotan las amortizaciones. Cada año, la empresa debe llevar a una cuenta de gastos (Dotación a la amortización, subgrupo 68 del PGC PYME) el importe que corresponda a la pérdida de valor sufrida por el elemento de activo durante ese año. Existen distintos métodos para calcular la amortización, aunque quizás el más habitual es el método lineal, que consiste en el cálculo de cuotas iguales anuales. Si la máquina cuesta 3.800 euros, su vida útil estimada es de diez años y se le supone un valor residual nulo, cada año se llevará a gastos una décima parte de su valor, esto es, 380 euros, para el año completo.
La contrapartida al asiento en que se lleva a gastos la dotación a la amortización es la cuenta de amortización acumulada del activo (Subgrupo 28). El Plan General de Contabilidad de las PYME establece que esta última cuenta se debe presentar en el activo inmovilizado al que hace referencia, pero con signo menos, corrigiendo su valor por la pérdida que éste ha sufrido en el transcurso de los años. La amortización, al llevar a gastos durante varios años la pérdida de valor que sufre la máquina, lo que hace es repartir los costes de su adquisición durante los ejercicios en que la máquina ofrece sus servicios a la empresa. Así, se cumple con el principio de prudencia que señala específicamente que deben tenerse en cuenta las amortizaciones y correcciones de valor por deterioro de los activos de la empresa.
Sin embargo, el consumo de un bien o un recurso en el proceso de la actividad de la empresa, como es el aceite que se utiliza para engrasar la máquina, se lleva a gastos (y de ahí a la cuenta de pérdidas y ganancias) en el curso del ejercicio en que se produce, nunca se lleva al activo. El aceite se compra y se consume en un solo año, por lo que la cuenta de resultados de ese año debe soportar en exclusiva el coste de ese consumo.
El asiento de la adquisición de una máquina (inversión a largo plazo o en activo no corriente) si se paga en el corto plazo sería:
(213) Maquinaria a (523) Proveedores de inmovilizado a corto plazo
El asiento de la amortización del activo fijo, en este caso, de la máquina sería:
(681) Dotación a la amortización del inmovilizado material a (2813) Amortización acumulada de maquinaria
El deterioro del valor se producirá una pérdida por deterioro del valor de un elemento del inmovilizado material cuando el valor contable > al importe recuperable. Se entiende como importe recuperable el mayor de los dos siguientes: valor razonable menos los gastos de venta; valor en uso. El valor en uso de un activo o de una unidad generadora de efectivo es el valor actual de los flujos de efectivo futuros esperados a través de la utilización en el curso normal del negocio, teniendo en cuenta su estado actual y actualizados a un tipo de descuento adecuado.
La compra de un elemento de activo no corriente tiene un tratamiento muy diferente al que registra la compra de cualquier elemento de consumo inmediato. Como ejemplo de compra de activo no corriente se utilizará la adquisición de una máquina. Y como ejemplo de gasto, la adquisición de aceite industrial para engrasar la máquina.
La compra de la máquina tiene un importe elevado y la utilización de la misma se va a prolongar por espacio de varios años, hasta que quede sin valor, pierda una parte sustancial del mismo o su utilización sea ineficiente por haber aparecido nuevos modelos más potentes en el mercado. La compra de un elemento de activo no corriente se considera una inversión y no se contabiliza como gasto en el ejercicio en que se produce, sino que se lleva al activo no corriente el valor del bien con la contrapartida que corresponda en función de cómo se paga ese bien.
Pero la máquina va perdiendo valor con el uso y con el tiempo, por lo que no sería adecuado que permaneciera en el balance (en el activo) con el valor original de adquisición. Por ese motivo, se dotan las amortizaciones. Cada año, la empresa debe llevar a una cuenta de gastos (Dotación a la amortización, subgrupo 68 del PGC PYME) el importe que corresponda a la pérdida de valor sufrida por el elemento de activo durante ese año. Existen distintos métodos para calcular la amortización, aunque quizás el más habitual es el método lineal, que consiste en el cálculo de cuotas iguales anuales. Si la máquina cuesta 3.800 euros, su vida útil estimada es de diez años y se le supone un valor residual nulo, cada año se llevará a gastos una décima parte de su valor, esto es, 380 euros, para el año completo.
La contrapartida al asiento en que se lleva a gastos la dotación a la amortización es la cuenta de amortización acumulada del activo (Subgrupo 28). El Plan General de Contabilidad de las PYME establece que esta última cuenta se debe presentar en el activo inmovilizado al que hace referencia, pero con signo menos, corrigiendo su valor por la pérdida que éste ha sufrido en el transcurso de los años. La amortización, al llevar a gastos durante varios años la pérdida de valor que sufre la máquina, lo que hace es repartir los costes de su adquisición durante los ejercicios en que la máquina ofrece sus servicios a la empresa. Así, se cumple con el principio de prudencia que señala específicamente que deben tenerse en cuenta las amortizaciones y correcciones de valor por deterioro de los activos de la empresa.
Sin embargo, el consumo de un bien o un recurso en el proceso de la actividad de la empresa, como es el aceite que se utiliza para engrasar la máquina, se lleva a gastos (y de ahí a la cuenta de pérdidas y ganancias) en el curso del ejercicio en que se produce, nunca se lleva al activo. El aceite se compra y se consume en un solo año, por lo que la cuenta de resultados de ese año debe soportar en exclusiva el coste de ese consumo.
(213) Maquinaria a (523) Proveedores de inmovilizado a corto plazo
(472) H.P. Iva soportado
(681) Dotación a la amortización del inmovilizado material a (2813) Amortización acumulada de maquinaria
El deterioro del valor se producirá una pérdida por deterioro del valor de un elemento del inmovilizado material cuando el valor contable > al importe recuperable. Se entiende como importe recuperable el mayor de los dos siguientes: valor razonable menos los gastos de venta; valor en uso. El valor en uso de un activo o de una unidad generadora de efectivo es el valor actual de los flujos de efectivo futuros esperados a través de la utilización en el curso normal del negocio, teniendo en cuenta su estado actual y actualizados a un tipo de descuento adecuado.
Las correcciones de valor por deterioro, de carácter reversible, en el inmovilizado se registran contablemente mediante el siguiente asiento:
(691) Pérdidas por deterioro del inmovilizado material a (291) Deterioro de valor del inmovilizado material (cuenta desarrollada en subcuentas).
Al menos al cierre del ejercicio, la empresa evaluará si existen indicios de que algún inmovilizado material pueda estar deteriorado, en cuyo caso, deberá estimar su importe recuperable efectuando las correcciones valorativas que procedan. Las correcciones valorativas por deterioro de los elementos del inmovilizado material, así como su reversión cuando las circunstancias que las motivaron hubieran dejado de existir, se reconocerán como un gasto o un ingreso, respectivamente, en la cuenta de pérdidas y ganancias. La reversión del deterioro tendrá como límite el valor contable del inmovilizado que estaría reconocido en la fecha de reversión si no se hubiese registrado el deterioro del valor.
(57) Tesorería
(281) Amortización acumulada del inmovilizado material
(291) Deterioro de valor del inmovilizado material
(253) Créditos a largo plazo por enajenación del inmovilizado
(543) Créditos a corto plazo por enajenación del inmovilizado
(671) Pérdidas procedentes del inmovilizado material
a (21) Inmovilizaciones materiales
(771) Beneficios procedentes del inmovilizado material
Otros enlaces interesantes sobre las inversiones son los siguientes:
(771) Beneficios procedentes del inmovilizado material
En los siguientes enlaces, tienes más ejemplos del grupo 2:
Amortización contable del inmovilizado, grupo 2 activo no corriente, inmovilizado material, y cuadro de cuentas del PGC.
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Otros enlaces interesantes sobre las inversiones son los siguientes:
Tratamiento contable y fiscal de la compra de un vehículo para uso particular y empresarial.
Fuentes: GUÍA DEL NUEVO PLAN CONTABLE PARA PYMES.
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