Estructura financiera y solvencia empresarial: la empresa podemos definirla desde el punto de vista de la fenomenología económica como una sucesión en el tiempo de proyectos de inversión y financiación. Considerando la anterior definición, es importante conocer la evolución de las inversiones y las necesidades de financiación a lo largo del tiempo. Una forma adecuada de conocer, estudiar y tomar decisiones tendentes a mejorar el funcionamiento de la empresa es a través del estudio de sus estados financieros.
La estructura financiera de la empresa puede definirse como la composición de los diferentes recursos que esta posee en un momento determinado, entendiendo por recursos financieros todos los medios necesarios que la empresa ha de utilizar para poder realizar los proyectos de inversión con los que alcanzar los objetivos marcados por la gerencia.
Se dice que existe un equilibrio cuando la empresa puede satisfacer a su vencimiento todas las obligaciones financieras, sin la necesidad de alterar su funcionamiento normal o afectar su rentabilidad. Ello se producirá, de forma general, cuando el activo no corriente se financie con recursos financieros a largo plazo o capital permanente (de forma que exista una adecuación entre el momento en el que dicho activo se torna líquido y la exigibilidad de las deudas), y cuando el activo corriente se financie con deudas a corto plazo. No obstante, existe una parte del activo corriente que puede ser considerado como inmovilizado y, que por lo tanto, deberá ser financiado con recursos a largo plazo. Un ejemplo de lo que estamos diciendo lo representan los stocks mantenidos por la empresa para no influir en el normal discurrir de su proceso de producción. En este sentido podemos resumir lo siguiente:
a) Las deudas a corto plazo nunca deben financiar las inversiones en activo no corriente. En caso contrario la empresa se vería condenada a renovar de forma continua sus créditos, lo que podría provocar, en situaciones de dificultad en la obtención de crédito, situaciones de suspensión de pagos.
b) El capital permanente debe financiar el activo no corriente y parte del activo corriente. La parte del capital permanente que se destina a financiar activo corriente es lo que se conoce como fondo de maniobra o rotación. Este fondo puede considerarse como un fondo de previsión para poder hacer frente a las discontinuidades que pueden presentarse en el ciclo de explotación de una empresa.
c) Los capitales permanentes, por lo general, no deberían financiar las necesidades financieras a corto plazo, excepción hecha del fondo de rotación. En caso contrario los recursos financieros permanecerían ociosos con el consiguiente efecto negativo sobre la rentabilidad de la empresa.
Se identifica la autofinanciación con el término de financiación interna, definiéndola como el conjunto de recursos financieros que son generados en el interior de la empresa. Se podría definir la autofinanciación como los medios de financiación que no proceden de nuevas aportaciones ni de un aumento de las posiciones deudoras en una empresa. De acuerdo a esta definición incluiríamos dentro de la autofinanciación los recursos obtenidos de la retención de beneficios, amortización, liquidación de equipo obsoleto y no funcional, etc.
De forma tradicional la autofinanciación ha sido dividida en dos partes, aunque como se evidencia en el siguiente apartado esta clasificación es criticable:
- Autofinanciación de expansión (retención de beneficios, es decir, beneficios no distribuidos que van a reservas).
- Autofinanciación de mantenimiento o reposición (amortización, provisión, correcciones de valoración).
Función financiera de las amortizaciones: dentro de los costes de producción las empresas incluyen la depreciación que sufren los activos fijos (significado técnico), lo que les permite recuperar bienes que forman parte del ciclo de capital. Los elementos de este ciclo no se consumen de una sola vez, de forma que la empresa realiza una dotación gradual para cada ejercicio económico de unos recursos que posibilita incluir dentro de los costes de producción la utilización y desgaste de estos. Este proceso se realiza a través de la amortización. La función financiera de la amortización consiste en la conversión gradual en disponibilidades financieras de lo que, hasta ese momento, era inmovilizado. En definitiva, es el proceso con el cual se recupera parcialmente el valor de los activos fijos mediante la imputación a los costes de producción y posterior venta y cobro de los productos que esta fabrica.
Respecto a las amortizaciones financieras, he encontrado los siguientes enlaces que explican el tema: amortización financiera, ¿Qué es una amortización?, amortización del capital, guía de matemática financiera, amortización técnica y financiera, análisis financiero, las amortizaciones técnicas han de ser iguales o superiores a las amortizaciones financieras.
El significado económico de la amortización muestra el ritmo al cual se recupera la inversión efectuada en el inmovilizado v la fabricación y venta de productos. Esta "velocidad de recuperación de recursos" debe permitir hacer frente a los pasivos exigibles: Amortización contable ≥ Amortización financiera.
Fuentes: Dirección financiera de la empresa, financiación, planificación y gestión del activo corriente.
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